Cómo Revisar la Temperatura del CPU en Windows 11: Guía Paso a Paso

Cómo comprobar la temperatura de tu CPU en Windows 11

Monitorizar la temperatura del CPU es fundamental para que tu ordenador funcione de manera óptima. Un sobrecalentamiento puede generar todo tipo de problemas—desde rendimiento lento hasta bloqueos o incluso daños en el hardware. Afortunadamente, revisar estas temperaturas en Windows 11 no es complicado. Con un poco de conocimiento, puedes prevenir problemas antes de que sucedan. ¡Vamos a ello y a mostrar esas cifras en pantalla!

Elige una buena herramienta de monitoreo

Lo primero, necesitas una herramienta fiable para supervisar el hardware. Programas como HWMonitor o Core Temp hacen el trabajo perfectamente. Son fáciles de usar y te proporcionan datos en tiempo real sobre cuán caliente está funcionando tu CPU, además de otros detalles útiles sobre tu hardware. Generalmente son gratis y no tardan en descargarse, lo cual es un plus. Solo recuerda: escoger el software correcto puede marcar la diferencia entre obtener lecturas precisas o información incorrecta, algo clave cuando se trata de gestionar temperaturas. En algunos ordenadores, HWMonitor funcionó sin problemas, pero en otros, ni siquiera arrancaba — ya verás.

Instala tu aplicación de monitoreo

Una vez que hayas elegido tu programa, instálalo en tu PC. Es bastante sencillo, pero estate atento a posibles programas adicionales que puedan instalarse junto con la aplicación principal. A veces, las opciones por defecto incluyen bloatware o software innecesario, y es recomendable desmarcar esas casillas. Tener programas que no necesitas solo ralentiza tu equipo y puede causar conflictos. Con HWMonitor, por ejemplo, solo debes ejecutar el instalador, darle a “Siguiente” unas cuantas veces y listo.

Abre la aplicación de monitoreo

Ya instalada, inicia la herramienta. La interfaz suele mostrar varios datos, incluyendo temperaturas actuales, mínimas y máximas registradas. Esto es crucial, especialmente si estás jugando o sometiendo a tu CPU a tareas intensas, pues te permite vigilar esas cifras y prevenir errores. Nadie quiere que un juego se cuelgue porque la CPU se derrite. Para mayor comodidad, puedes usar Win + R para abrir la ventana de ejecución, escribir MSConfig, y configurar tu programa de monitoreo para que se inicie automáticamente al encender el PC — te ahorrará pasos más tarde.

Encuentra la temperatura del CPU en la app

Busca la sección que muestre las temperaturas. Podría estar titulada “Temperatura” o “Térmico”, pero seguro sabrás identificarla. Ahí verás cuánto está caliente la CPU en ese momento, y generalmente también te muestra las temperaturas mínimas y máximas registradas. Conocer estos datos te ayuda a mantenerte alejado de problemas térmicos, sobre todo a medida que usas más el equipo. En HWMonitor, puedes expandir la sección del paquete del CPU para ver las temperaturas de cada núcleo, que suelen aparecer como ‘Temperature #1’, ‘Temperature #2’, etc.

Controla tus estadísticas

Para estar siempre atento, deja la aplicación de monitoreo abierta mientras trabajas o jugas. Algunos programas permiten configurar alertas para cuando las temperaturas alcanzan niveles peligrosos—por ejemplo, entre 80°C y 90°C, según el CPU. Esto funciona como un detector de humo para tu PC, avisándote antes de que la gota que colma el vaso cause daños irreparables. Revisar regularmente estos valores ayuda a mantener tu equipo en forma, ya sea limpiando el polvo de los ventiladores o pensando en una refrigeración más eficiente. En Core Temp, puedes activar alertas en el menú de Configuración: ve a Opciones > Configuración > Alertas — ¡muy sencillo!

Consejos para mantener feliz a tu CPU

Al usar tu software de monitoreo, opta por programas confiables para evitar malware y asegurarte de obtener datos precisos. Cierra aplicaciones innecesarias, ya que varias que consumen muchos recursos pueden elevar rápidamente esas temperaturas. Además, no subestimes la importancia de limpiar el polvo — un equipo libre de polvo tiene mejor flujo de aire. También, mantén actualizados tanto tu sistema operativo como las herramientas de monitoreo, ya que las actualizaciones corrigen errores que pueden distorsionar las lecturas. Usa Windows Update para buscar actualizaciones del sistema, y no olvides revisar periódicamente las actualizaciones de tus softwares de control térmico. Por último, revisa las especificaciones de tu CPU para saber cuál es la temperatura máxima segura, así evitarás preocuparte por números que parecen alarmantes.

Preguntas frecuentes sobre temperaturas del CPU

¿Cuál es una temperatura segura para el CPU?

Para la mayoría de los procesadores, un rango seguro suele estar entre 40°C y 70°C. Si alcanza y supera los 80°C durante mucho tiempo, es motivo de preocupación. Consulta las recomendaciones de tu fabricante para conocer la temperatura ideal de tu modelo específico y mantener todo en orden.

¿Puedo comprobar la temperatura del CPU sin programas de terceros?

Lamentablemente, Windows 11 no trae una opción integrada para verificar la temperatura del CPU. Pero algunos fabricantes, como Dell y HP, proporcionan su propio software de monitoreo térmico si usas sus equipos. De lo contrario, las herramientas externas siguen siendo tu mejor opción para detalles precisos.

¿Por qué varía la temperatura?

Es completamente normal que la temperatura fluctúe según las tareas que realices. Jugar, renderizar vídeos o tener muchas pestañas abiertas en el navegador aumenta la carga del CPU y genera más calor. El ambiente y cuánto funciona tu sistema de enfriamiento también influyen. No te preocupes si ves variaciones, solo si el calor se mantiene elevado mucho tiempo.

¿Con qué frecuencia debo revisar la temperatura del CPU?

No es necesario hacerlo constantemente, solo cuando notes algo raro o estés haciendo pruebas. Un control mensual o durante tareas exigentes suele ser suficiente. Si tienes una máquina overclockeada, mejor revisarla con más frecuencia para prevenir cualquier problema.

¿Qué hago si mi CPU se sobrecalienta?

Si detectas temperaturas elevadas, actúa rápidamente: limpia el equipo, vuelve a aplicar pasta térmica o considera mejorar el sistema de refrigeración. Cerrar programas innecesarios también ayuda. Si el sobrecalentamiento es habitual, revisa el hardware o reemplaza componentes de enfriamiento antiguos. Recuerda: invertir en un buen disipador o añadir ventiladores puede marcar la diferencia.